En esta macabra fotografía de 1908, vemos a los artistas modelando la máscara funeraria en yeso y obviamente se usa la propia cabeza del muerto como modelo.
Aquí vemos a toda una familia reunida para rendir el homenaje final a dos gemelos muertos que aparecen dentro de sus ataúdes blancos. En el siglo XIX la mortalidad infantil era muy alta y por eso las familias eran muy prolíferas en hijos, al contrario de lo que sucede hoy en día.