domingo, 16 de noviembre de 2014

A la memoria de Adolfo Berro: la juventud de su patria


Adolfo Berro nació en Montevideo el 11 de agosto de 1819. Cursó jurisprudencia e hizo su práctica al lado de Florencio Varela, cuya amistad sin duda decidió la vocación del poeta. Su nombre, que quedado estrechamente vinculado a la historia literaria del país, representa la tradición de toda una época. Sin embargo su gloria no está en lo que ha sido, sino que hubiera podido ser. Sus composiciones tiernas y melancólicas, inspiradas en el incoloro romanticismo de principio de siglo, son frutos de una sensibilidad exquisita. No hay en ellas arranques épicos ni gritos inspirados; un sentimentalismo sereno y dulce guía al poeta. Pero en todos sus versos hay una suma de candor y sinceridad que los hace adorables. Poco tiempo antes de morir reunió sus composiciones en un volúmen titulado Versos. Su temprana muerte produjo un verdadero duelo. Falleció en 1841, a los 22 años. Sobre su tumba Juan Carlos Gómez se reveló recitando unos hermosos versos. La juventud de la época erigió un monumento en la necrópolis al poeta. Su lema dice: "A la memoria de Adolfo Berro. La juventud de su patria. Año 1841. R.I.P."

De "El Parnaso Oriental; antología de poetas uruguayos"; Montevideo, 1905.




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