viernes, 3 de abril de 2020

El carro fúnebre


Son las once de la noche:
Corrijo pruebas.- Repente
Sordo y lúgubre se siente
Un ruido como de coche.

Ay!... la imprenta de Rosete
Se convierte en un infierno:
Quien lanza un horrible terno,
Quien bajo un burro se mete.

En los semblantes se pinta
La turbación más intensa:
Deja el prensista prensa,
Y el batidor de dar tinta.

Se estremece un operario
Y empasta una galera;
Pregunto la causa... Y era
Era... el carro funerario!

De Buenos Aires la calle 
Ha tomado por camino,
Y no hay en ella vecino
Que al sentirle no desmaye.

Y es tan singular su ruido, 
Su tránsito tan sin tregua, 
Que lo conoce a una legua
De distancia el más dormido.

Por eso yo pediría, 
En bien de aquel vecindario,
Que cambie el itinerario
Del carro la policía.


De "El Eco Uruguayo",  N°16, Montevideo, 22 mar. 1857.

No hay comentarios: