sábado, 11 de mayo de 2013

Mírame atentamente...



Si bien no lo puedo afirmar con una certeza plena, es muy posible que esta imagen y este texto formen parte de algún folletín de la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo, fundada en México en 1914. Dicha congregación católica aún subsiste y se ha extendido a otros países como los Estados Unidos, España e Italia. El mensaje cumple una función de advertencia de lo breve de la vida terrenal y lo efímero de los placeres sensuales. Es decir que el cuerpo humano sigue siendo considerado como algo pecaminoso y solo se debe atender al bienestar del alma, porque ésta es eterna y en cambio aquel es finito.

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