jueves, 16 de agosto de 2012

El ángel del Hospital Regional



Desde hace tiempo, las instalaciones del Hospital Regional de Salto son el escenario de las visitas de un misterioso ángel mensajero. Se trata de un querubín celestial enviado por Dios a la Tierra con el único propósito de comunicar a ciertos enfermos terminales su inminente travesía a la Región de las Sombras.

A diferencia de otros seres fantásticos que pueblan el imaginario salteño, el ángel del Hospital Regional no posee una fisonomía definida. Puesto que fue moldeado a imagen y semejanza de Dios, también él, como su padre, "se ha hecho todo para todos con el fin de salvar, por todos los medios, a algunos" (I Corintios, 9:22). La mayoría de las veces, el ángel asume la forma de un médico o un enfermero, pero no es infrecuente que adopte la de un compañero de habitación del moribundo, la de un visitante, la de una persona del servicio de limpieza o la de una paloma blanca revoloteando con alegría en las cornisas de las ventanas. Por esta razón, a los ojos del común de la gente el ángel es invisible; sin embargo, los enfermos son capaces de reconocerlo de inmediato, incluso bajo sus manifestaciones más imprevisibles.

En todos los casos, el ritual de la visita del ángel es el mismo. Este se acerca con toda solemnidad al enfermo, que se encuentra tendido en una camilla o recostado en una silla de ruedas, y luego de darle un beso en la frente, toma sus manos y comienza a hablarle. En términos generales, le informa que no debe sentir miedo, pero que conviene que vaya poniendo sus cosas en orden porque el Señor ha dispuesto que su papel en plan divino ha llegado a su fin y tiene decidido llevárselo a su lado. Y en efecto, durante todo este proceso el enfermo no siente temor alguno; puesto que la voz y los ojos del ángel irradian una paz y una serenidad tan profundas y todo su ser parece en verdad una profecía del Cielo, se olvida rápidamente de sus dolores y sufrimientos terrenales para escuchar lo que el mensajero de Dios ha venido a decirle.

Luego de la visita del ángel, el paciente ya no es el mismo. Como ha probado por anticipado las delicias del Edén, experimenta de súbdito una increíble mejoría, que provoca la perplejidad de los médicos tratantes. Una amplia sonrisa se dibuja en su rostro y en sus ojos, que han conocido la Verdad, brilla una nueva luz: la luz de la Esperanza. Sus familiares y amigos lo encuentran rejuvenecido, feliz. Finalmente, cuando el enfermo muere, lo hace en la plenitud de sus fuerzas y enfrenta su destino con el semblante sereno, como si se tratara de un milagro o una bendición.

Mucha gente conoce las leyendas que circulan a propósito del ángel y puede afirmarse sin temor a error que, tarde o temprano, cualquier persona que frecuente el Hospital Regional de Salto tendrá la oportunidad de escuchar algunas de sus historias.


Del "Bestiario del Salto Oriental" de Diego Moraes; Ediciones Cruz del Sur, Montevideo, 2012.

Nota: DIEGO MORAES (Salto, 1979) es un joven y prometedor escritor uruguayo. Entre sus obras, destacan  "Bestiario del Salto Oriental" (2006), "Figari, el Masón" (2008) y "Voces Anónimas" (2009). Si desean conocer más acerca este autor y su obra les recomiendo visitar su blog

1 comentario:

Francisco José Sáez Soto dijo...

Esa sí es la muerte ideal!!! Espero que cuando me toque (no tengo apuro... jejeje), sea de esta manera. Un saludo.