En las familias se crean sentimientos, con su lenguaje; modos de sentir, de hablar, que son nuevos y propios. Y es de la vida más honda, y de la más personal. Y muchos -casi cualquiera- tienen eso. Y eso, como originalidad y como fuerza y calidad de sentimiento, es de lo que vale más. No sale a la literatura. (Alguna vez, algún ligero chisporroteo...) Y cada uno que muere, o cada familia que se extingue, se lo llevan. Y era lo mejor; y distinto en cada caso.
El ser más vulgar se lleva un mundo de sentimientos especiales, de sentidos de palabras, de recuerdos con significación y emoción únicas, de palabras inventadas, de alusiones... Y se extinguió para siempre. Y distinto en cada caso. La gente sigue y comunica en la psicología común (la de todos), y se escriben generalidades sobre los sentimientos (un poco mejor escritas en Shakespeare que en otros).
Pero eso no es nada al lado de lo otro. (Aunque sea lo que parece más, por costumbre en parte). Casi cada muerto se lleva algo mucho más hondo que toda la literatura. Es una de las causas de que sea horrible que haya muerte...
De "Fermentario" de Carlos Vaz Ferreira. Biblioteca Uruguaya Fundamental; Centro Editor de América Latina, Montevideo, 1968.
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