Este es mi testamento.
Yo infrascrito, Pedro Carlos David, tendero en Saint-Mandé, estando sano de cuerpo y de espíritu, y obrando con reflexión y plena libertad, declaro hacer las disposiciones de última voluntad que siguen:
Queriendo dar a mi sobrino Isidoro Bertin una prueba de mi afecto, le doy y lego de la universalidad de los bienes, muebles e inmuebles que yo deje a mi fallecimiento, a cargo por él: 1º) dar una suma de 1.000 francos a N..., mi criado, pues quiero recompensarle de su fidelidad y de sus buenos servicios; 2º) de hacer decir cien misas rezadas por el reposo de mi alma.
Revoco todos los demás testamentos y disposiciones que he podido hacer anteriormente.
Escrito todo él, fechado y firmado de mi puño y letra en Saint-Mandé, el cuatro de febrero de mil ochocientos setenta y siete.
PEDRO CARLOS DAVID
Derecho fijo de registro, 5 francos.
De "El Secretario Universal" por M. Armand Dunois. Casa Editorial Garnier Hnos., París, 1888.
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