miércoles, 11 de enero de 2012

Carta de pésame II: a una viuda



Muy Señora mía,

La pérdida que Vd. acaba de hacer es la prueba más cruel que pueda soportar una mujer. Además de la pesadumbre que ella le causa arrebatándole un marido por el cual el afecto de Vd. no había hecho más que crecer con los años, tiene aún, como madre, el dolor de ver a sus hijos privados de su más firme apoyo. Apele Vd., Señora, a esa energía poco común de que ha dado tantas pruebas, y estoy segura que encontrará en su amor por sus hijos la fuerza necesaria para educarlos. Serán por otra parte como un recuerdo tierno y vivo de su esposo, y ofrecerán a Vd. el más dulce y el más eficaz de los consuelos. El interés que Vd. tomará en sus progresos, los cuidados por los cuales formará sus jóvenes almas, suavizarán vuestra legítima pesadumbre. Y después, Señora, cristiana como Vd. es, tomará en su fe esa resignación que tiene el secreto de inspirar a las almas verdaderamente creyentes. Esté Vd. persuadida, Señora, de la parte que mi familia y yo tomamos en su desgracia, y si puedo prestarle algunos servicios en las circunstancias difíciles en que se encuentra, estoy enteramente y de buena voluntad a su disposición.

Soy, Señora, con el afecto más sincero su muy humilde servidora.

EMMA DUPUIS

Amiens, 7 de febrero de 1854.


De "El Secretario Universal" de A. Armando Dunois; Garnier Hermanos, París, 1884.

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