lunes, 16 de enero de 2012

La carta suicida de Lisandro de la Torre



Lisandro de la Torre (1868-1939) fue un jurisconsulto , político y escritor argentino. Se lo consideró como un modelo de ética en política. Acaudilla el movimiento revolucionario de 1893 en su ciudad natal, Rosario, Santa Fe, y funda el Partido Demócrata Progresista.

Fue diputado nacional, destacado polemista, fundador del Partido Demócrata Progresista, y en dos oportunidades, candidato a la presidencia de la República. Lisandro de la Torre ocupó una banca en el Senado de 1932 a 1937.

 Como corolario del célebre y vergonzoso "debate de las carnes", se bate a duelo con el ministro de Hacienda Federico Pinedo. No hay víctimas pero tampoco reconciliación. Sus detractores le adjudican siempre un estilo aristocrático y gusto por ostentar un elevado nivel de vida, pero nada pueden contra su inalterada honestidad, su hombría de bien y su vehemente defensa de las formas democráticas de vida. En 1939 se quitó la vida. Es autor de "Intermedio filosófico", "Cuestiones monetarias y financieras"; "Grandeza y decadencia del fascismo"; "Las dos campañas presidenciales", etcétera.




Este es el facsímil de la carta suicida de Lisandro de la Torre fechada el 5 de enero de 1939.

¨Queridos amigos:


Les ruego se hagan cargo de la cremación de mi cadáver. 
Deseo que no haya acompañamiento público, ni ceremonia laica religiosa alguna, ni acceso de curiosos y fotógrafos a ver el cadáver, con excepción de las personas que ustedes especialmente autoricen. 

Si fuera posible, debería depositarse hoy mismo mi cuerpo en el Crematorio e incinerarlo mañana temprano, en privado.Mucha gente buena me respeta y me quiere y sentirá mi muerte. Eso me basta como recompensa. 

No debe darse una importancia excesiva al desenlace final de una vida, aún cuando sean otras las preocupaciones vulgares. 

Si ustedes  no lo desaprueban desearía que mis cenizas fueran arrojadas al viento. Me parece una forma excelente de volver a la nada, confundiéndose con todo lo que muere en el Universo. 

Me autoriza a darles este encargo el afecto invariable que nos ha unido. Adiós.

                           Lisandro de la Torre                                                                                                      


1 comentario:

ML dijo...

Hola, sabrías dónde se encuentra el original de esta carta, o de qué libro pudo haber sido extraída la fuente? Saludos y gracias!