jueves, 20 de febrero de 2025

Visita a un cementerio


17 de marzo de 1861 - A las primeras horas de esta tarde se ha reapoderado de mí una languidez homicida; disgusto y lasitud de la vida, tristeza mortal. He andado errante por el cementerio; yo esperaba que en aquel lugar me recogería y reconciliaría con el deber. ¡Vana quimera! El mismo campo del reposo se había hecho inhospitalario. Unos obreros raspaban y arrancaban el césped; los árboles estaban secos, el viento frío, el cielo gris; una aridez prosaica y profana deshonraba el asilo de los muertos. Me ha impresionado fuertemente este gran vacío de nuestro sentimiento: el respeto de los difuntos, la poesía de las tumbas, la piedad del recuerdo. Nuestros templos están demasiados cerrados, y nuestros cementerios demasiado abiertos. El resultado es el mismo. El alma agitada, atormentada que quisiera encontrar fuera de la casa y de las miserias cotidianas un lugar donde orar en paz, o derramar ante Dios sus angustias, o recogerse en presencia de las cosas eternas, no sabe adonde acudir. Nuestra Iglesia ignora estos sentimientos del corazón, no los adivina, tiene poca previsión compasiva, pocas consideraciones discretas por las penas delicadas, ninguna intuición de los misterios de la ternura, ninguna suavidad religiosa. So pretexto de espiritualidad, lastimamos aspiraciones legítimas. Hemos perdido el sentido místico, y sin él ¿qué es la religión? una flor sin perfumes. ¡Siempre estamos repitiendo arrepentimiento, santificación! Pero también la adoración y el consuelo son dos elementos esenciales, y quizá deberíamos darles más lugar.

Del "Diario Íntimo" de Henri-Fréderic Amiel. La España Moderna. Madrid. 

HENRI-FRÉDERIC AMIEL (1821-1881): Filósofo y escritor suizo, autor de un "Diario Íntimo" del cual ha dicho Renán: "Este libro admirable ha revelado el poderoso genio de Amiel".

sábado, 1 de febrero de 2025

Caja china I

Ejemplo de caja china: Damas montevideanas fotografiadas en la década de 1840.

La particularidad de estas fotografías es que en ellas los familiares posan junto al retrato fotográfico del difunto –retrato, en general, tomado en vida- que acompaña como si estuviera allí con su familia. Este interesante y temprano uso de la fotografía dentro de la fotografía (con fuerte puesta en primer plano de los vínculos familiares) modelará un formato cuyos ecos pueden imaginarse en algunas elecciones estéticas actuales. (...) En un daguerrotipo perteneciente a la colección Cuarterolo, se ve a dos mujeres sentadas, una vestida de negro, mayor que la otra y posiblemente su madre, que sostiene en su falda un pequeño retrato. Aunque difícil de discernir quién aparece en la fotografía sostenida, la ausencia evidente de un hombre que ocupe el rol del padre da una pista concluyente: se trata de una viuda y su hija posando junto al retrato del marido/padre muerto. 

Tomado de: Cajas chinas. La foto dentro de la foto o la foto como cosa1 por Natalia Fortuny. En; Revista Chilena de Antropología Visual - número 17 - Santiago, Julio 2011 - 43/70 pp

jueves, 30 de enero de 2025

Testimonio de la triste muerte de un adolescente desconocido

Querubín - Dibujo a lápiz de autor desconocido. Siglo XIX.

He visto un desgarro de esta clase en un niño de 13 años que se extendía desde el tercio inferior de la pierna hasta el dorso del pie cerca de los dedos, trilaceradas todas las parte menos el tendón de Aquiles y los músculos plantares. No se amputó, sobrevino una grave inflamación, daba a menudo sangre, se presentó una abundante supuración que insensiblemente aniquilaba al individuo, y el cirujano a pesar de todos estos síntomas tan alarmantes se empeñaba en conservar el miembro, fundándose en la edad del sujeto, y en que la cicatrización en los niños es muy rápida. Estas razones, sin embargo, nada podían en quienes las escuchaban e insistían siempre en la operación. Una mañana la propuso el cirujano al paciente, este se puso a llorar y al día siguiente no existía. En este caso, concluyo, la indicación era positiva, debió operarse en el momento, y si esto no se pudo hacer por la inflamación que se presentó, no debía haberse esperado que quedase solo un día de vida al enfermo. ¡Cuántos casos desgraciados se observan generalmente porque el cirujano se deja conmover de los ayes que va a exalar el enfermo durante la operación!

Tomado de la "Disertación sobre el tiempo que deben amputarse los miembros" [manuscrito] : Sostenida en Buenos Aires el día 13 de diciembre de 1833 por Indalecio Cortinez, bajo la dirección de su maestro el Doctor Don Juan J. Montes de Oca.

NOTA: ¿Quien era es este chico? No conocemos siquiera su nombre y seguramente nunca lo sabremos. Solo conocemos esta referencia acerca de las terribles circunstancias de su muerte gracias a este testimonio desgarrador que consta en la tesis doctoral de un estudiante de medicina argentino presentada en el año 1833. Que este recuerdo sirva a modo de homenaje póstumo a dos siglos de su muerte.