lunes, 30 de marzo de 2020

Una visita al Cementerio

Tan grande, tan inmenso es el amor maternal, que no pueden señalársele límites. Así nos lo expresa con notable originalidad en la siguiente balada dramática, traducida por James Clark en versos pareados, el poeta austríaco Johann Nepomuk Vogl (1802-1866), uno de los escritores vieneses más celebrados en la primera mitad del siglo XIX, por su vena inagotable...


Llaman con ronca voz. — Sepulturero,
Buen viejo, abrid la puerta, abrid ligero.

Abrid la puerta, el báculo empuñad
Y una querida tumba me enseñad.

Así habla un hombre con la tez tostada.
La barba por la pólvora encrespada.

— ¿Cuál es el nombre de ése a quien amáis
Y entre mis mudos huéspedes buscáis?

— Busco a mi madre. ¡Ay! ¡sí, mi pena es harta!
¿No conocéis al hijo de la Marta?

— A fe no os conociera. ¿Aquél sois vos?
¡Y cómo habéis crecido, valme Dios!

Pero, seguid; mirad, bajo esa losa.
La que buscáis en santa paz reposa.

Allí descansa en fúnebre mansión
La madre que os embarga el corazón.

Y sin decir palabra el forastero,
Triste la frente dobla al dolor fiero.

Y al ver la tumba do descansa en paz
El llanto baña su morena faz.

E incrédulo replica: — Aquí no mora
La tierna madre a quien mi pecho adora.

¿Cómo queréis que encierre este rincón
Tan breve, de una madre el corazón?

sábado, 28 de marzo de 2020

Cnel. Diego Lamas Q.E.P.D.


Pecaríamos de injustos si no publicáramos algunas líneas y si, en forma gráfica, no diéramos a luz, algo que recuerde, con el ilustre muerto el suceso culminante, cuan luctuoso, de actualidad. De Diego Lamas se trata; del partidario fiel y convencido, del caudillo y militar abnegado y sufrido que entre sus grandes dotes, para nosotros, extraños en la ocasión presente a las agitaciones políticas, contaba, las de su caridad y humanos procederes con el vencido.

Justo es decirlo, en el ejército en que actuaba como un primer factor, el ilustre caudillo, víctima de desastroza caída en la mañana infausta del 20 de mayo último, no sonaron más descargas antes ni después de la lucha, que los que anunciaban a su ejército hambriento, pero, ahíto de gloria, la muerte a plomo, del ladrón y el asesino, aun cuando surgiera el crímen, de su propia gente.

Reciban sus deudos, sus partidarios y compatriotas, pues, que las glorias nacionales son del país y no de partido alguno, nuestra sincera condolencia, en honra y prez y por la memoria del ilustre caudillo. El grabado de la página 18 es la imagen más acabada del imperfecto. Es un trabajo verdaderamente artístico, como todos los que exhibe nuestra revista. 

De la revista "Mercedes Ilustrada" N° 2; 20-VI-1896

martes, 17 de marzo de 2020


¡Iniciados, oíd! La noche universal ha llegado a su hora; era preciso que así sucediera. Nunca ha sucedido otra cosa más que lo necesario. Ha llegado y así como la noche de cada día sorprende sobre el surco del labrador perezoso, así muchos han sido los sorprendidos por la Gran Noche!... 

Todo ha de ser bañado por las tinieblas, que son la luz del No Ser. Lo mutable duerme y su sueño es el de la muerte. Sus cambios eran su vida en la Maya; agotado el movimiento, cesan los cambios; la vida en el Maya se detiene y lo mutable duerme el sueño de la muerte y no altera el Ser del NO SER!...

¡Iniciados, oíd! El Sol de la vida comienza a infiltrar sus primeros rayos entre las tinieblas de la Gran Noche. Lo mutable dormía y va despertando; estaba muerto y resucita! Cada cual resucitará como era y hallará su tesoro como lo dejó.   

Entended: cada potencia al sensibilizarse lo hará en su grado y condición propias; el Desierto se irá poblando de los que despierte y el Sensibilizador se ajustará a la condición de los durmientes para armonizar lo antiguo con lo nuevo, siendo así como cada día prepara al día venidero no obstante el intervalo de nocturno reposo.

Y entonces ¡oh  Iniciados! se formarán dos huestes de los despiertos: la de la Sabiduría (Consciencia) y la del Poder (Voluntad); la de los que mueven sin moverse, y la de los agentes directos de todo movimiento; los que pueden mover, más no pueden moverse y los que pueden moverse más no pueden mover; los que habían triunfado, y los vencidos.

Bienaventurados aquellos en quienes este conocimiento se afiance, pues ellos se aproximan a la fusión de sus cuatro cadenas.

PAZ A TODOS LOS SERES. PAZ; SIEMPRE PAZ.

De la revista teosófica "Faro Oriental", Año I, N° 5, Montevideo, mayo de 1912.

domingo, 15 de marzo de 2020

Necrología: Celestino Pombo


La Juventud Oriental acaba de perder a uno de sus preciosos miembros y nosotros uno de nuestros mejores amigos en el excelente joven Don Celestino Pombo, muerto repentinamente el viernes próximo a las 6 de la tarde.

Cuando vemos malograrse una esperanza como esa, en la primavera de la vida, cuando ésta apenas nos sonríe con horizontes de topacio, el corazón nos flaquea, porque en esa pérdida apreciamos más que la falta de un amigo: la de un miembro de la diezmadísima familia uruguaya, de esa novel generación en que reposan los destinos de la patria.

El joven Pombo contaba apenas 29 años de edad y reunía las mejores cualidades que adornan al hombre y al ciudadano; hijo tierno, hermano cariñoso y sobre todo, excelente amigo, todo el que pudo conocerle le amó luego. Su virtud cívica no cedía en nada a su mérito social, pues siempre que se ofreció la causa de la libertad le vio en sus filas.

Amigo experimentado en la desgracia, cariñoso hermano de infortunio, Celestino Pombo era para nosotros una de esas afecciones profundas y sin doblez que no se extinguen jamás en la memoria, porque viven vinculadas al recuerdo de las épocas más azarosas del hombre.

Permítasenos, pues, que mojemos con una lágrima el papel en que escribimos al darle el postrer adiós de la amistad sobre la tierra. ¡Qué ésta sea leve a sus despojo!

De "El Eco Uruguayo" N° 2, Montevideo, 25 de enero 1857.

NOTA: Todo indica que el malogrado joven Celestino Pombo falleció víctima de la terrible epidema de fiebre amarilla que azotó el Río de la Plata en 1857 en la que también falleció heroicamente el Dr. Teodoro Vilardebó.