sábado, 31 de diciembre de 2011

¡Feliz 2012!

¡Que tengas un super año!

Te lo desea Parlanchín

viernes, 30 de diciembre de 2011

Catacumbas de los Capuchinos


Las antiguas catacumbas de los Padres Capuchinos en Palermo, Sicilia en una fotografía de 1880.

Vampiro


Post Mortem XLIX


Nuevamente nos encontramos ante una interesante fotografía postmortem cuyo resultado sea quizás algo grotesco debido a la actitud hierática de las chicas y la expresión desagradable del chico muerto.   De todas formas, se trata de una composición muy interesante a mi criterio.

Desnudo y calavera



Esta fotografía se denomina "Desnudo y calavera" y es un montaje diseñando por el el estudio Manassé (Olga Solarics y Adorjan Von Wlassics) de la ciudad de Viena y data del año 1928.


jueves, 29 de diciembre de 2011

Las tumbas observan...


Esta fotografía me resulta realmente surrealista y es difícil de ponerle un nombre. En primer plano unas tumbas en un cementerio nevado. Al fondo una iglesia incendiándose mientras los bomberos luchan contra el fuego. Las tumbas observan...

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Post Mortem XLVIII: el Gral. Venancio Flores



Año de 1868. La muerte del General Venancio Flores obligó a que se desarrollaran " Honores fúnebres de Ordenanza". En la imagen- muy mala por cierto y de tamaño original- se aprecia al "Batallón Constitucional"rindiéndole honores al cuerpo embalsamado del difunto. Pero lo que aparece como un cuerpo en posición de "firme"- como convenía a un general de la època - de pie , con sombrero de desfile en su mano y en medio de su féretro , era en realidad un muñeco de paja al que se le cosió la cabeza del muerto. El médico alemán Carl Brendel (1835-1922) que ofició como embalsamador , relata en sus memorias que :"No se pudo hacer mucho , debido al calor intenso , el cuerpo se pudrió". Entonces le cortó la cabeza al muerto , colocó el cuerpo en alcohol adentro de un tonel y lo suplantó con un muñeco de paja uniformado. Costó mantenerlo firme al principio , por lo que se optó por un poste que se le incrustó de madera a la manera de un espantapájaros. En algún momento del velatorio oficial hubo que correr el féretro hacia otra sala , entonces el muñeco se zafó , se desparramó y tuvieron que atornillarlo a la altura de los hombros con alambres y clavos. Con la cabeza hubo menos suerte , el calor terminó rodeándola de moscas y como quedó mal ajustada , se hundió totalmente podrida entre la paja y los brillos dorados del uniforme de gala. Finalmente , el cuerpo abandonado en el tonel apestaba de tal forma que terminaron por enterrarlo de noche y en secreto. La historia oficial no registró estos inconvenientes , pero los funerales acordados por la Comandancia General de Armas para el miércoles 26 de febrero , quedaron suspendidos en vista de que los médicos " indicaban lo peligroso que sería " debido a la posible epidemia de tifus que asolaba a la población oriental todos los veranos. 

La foto es una Carte de Visite que pertenece a la colección del Museo Histórico Nacional . Casa de Giró.

martes, 27 de diciembre de 2011

Post Mortem XLVII


Una "carte de visite" de fines del siglo XIX que nos muestra a un niño fallecido en su ataúd, como si estuviera dormido, con una expresión apacible, entrando en la eternidad...

lunes, 26 de diciembre de 2011

La Lección de Anatomía del Dr. Frederick Ruysch


Título: La Lección de Anatomía del Dr. Frederick Ruysch
Autor: Jan van Neck
Técnica: Óleo sobre tela
Año: 1683

domingo, 25 de diciembre de 2011

Cámara de gas para perros


En esta cámara de gas se mataba a los perros callejeros en la perrera de Paris. La fotografía es del año 1905 y cabe decir que aún en la actualidad se sigue empleando este método en la mayoría de las perreras del mundo.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Patología postmortem


Lámina que ilustra el tratado titulado "Patología Postmortem" de Henry H. Catell, 1906.

Anatomía de John Bell (1794)


Esta es una de las láminas que ilustran el "Tratado de Anatomía Despcriptiva y Disecciones" de John Bell (1763-1820), publicado en Londres en 1794. Al pie de página se puede leer: "Músculos abdominales, testículos, disección superficial, in situ. Cadáver de  hombre diseccionando mostrando la cavidad abdominal, testículos disecados  fuera del escroto. Vista anterior".

viernes, 23 de diciembre de 2011

La Muerte y la Dama



Así se denomina esta fotografía alemana del año 1908 en la que se aprecia a una joven dama jugando alegremente a los naipes con una Muerte un tanto venida a menos...

jueves, 22 de diciembre de 2011

Funeral de Estado


Fotografía del genial Henir Cartier-Bresson obtenida en las calles de Madrid en 1955 durante los años más oscuros de la dictadura franquista.  Se trata de un funeral de Estado aunque por desgracia ignora de quien, acaso algún funcionario del régimen. Lo cieto es que la sociedad española vivía por ese entonces una época de gran represión, atraso económico y  retroceso cultural. Todo eso bajo la dominación de un clero fanático y cómplice del poder, como siempre lo ha sido la Iglesia Católica Apostólica Romana. 

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Decálogo médicolegal del Dr. Nerio Rojas


DECALOGO MEDICOLEGAL

INTRODUCCION
Toda la ciencia busca su síntesis en ciertos principios concretos. La ética persigue el mismo fin para dar bases normativas a la conducta. Es a lo que aspira también la moral con los diez mandamientos que Moisés habría recibido de Dios en el Sinai. Son "diez palabras" de sabiduría, o sea el Decálogo. En un campo menos vasto y guardadas las proporciones, la medicina legal podría también tener el suyo. No ya como normas deontológicas de orden moral para el ejercicio de la profesión, sino como normas técnicas de orden práctico para la realización de los peritajes forenses. Es lo que intento concretar en estas páginas en forma de diez postulados que puedan servir de guía general a los peritos. Es a lo que llamo un decálogo médicolegal.

I - El perito debe actuar con la ciencia del médico, la veracidad del testigo y la ecuanimidad del juez.

El perito necesita, desde luego, saber medicina, sin requerir para ello ser una enciclopedia médica. Debe conocer bien los hechos fundamentales de su ciencia y seguir la evolución de los conocimientos en continua renovación, pero sin llegar a ser un profundo especialista en cada materia. En la inmensa mayoría de los casos, las cuestiones complejas, de doctrina, mis o menos discutibles, tienen reducido o ningún valor en la práctica médicolegal, donde se trata de hechos especiales para resolver cuestiones mas concretas. Ciertas materias tienen naturalmente mas importancia que otras, aunque todas deben ser conocidas. Son fundamentales por la mayor frecuencia de los casos: psiquiatría, anatomía patológica, las dos patologías, sobre todo la quirúrgica, y obstetricia, especialidades a las cuales el perito debe dar mayor preferencia, por razones evidentes que no necesito comentar. Psiquiatría y traumatología son, en realidad, las dos fundamentales. Pero no hay que creer que baste ser alienista o cirujano para ser buen médico legista, aunque entre nosotros suele hacerse la confusión con los psiquiatras, quizás porque aquí los dedicados a medicina legal somos por lo general alienistas. Pero el psiquiatra solamente clínico, es tan médico legista como el partero o el cirujano. Y si la psiquiatría argentina ha dado y sigue dando excelentes peritos, estamos todavía esperando en medicina legal, a los cirujanos que aborden con eficacia el estudio completo de la traumatología forense. Pero no hay que olvidar que no basta ser un buen médico para ser un buen perito. El médico legista debe además ser siempre verídico, aun con mis razones que un testigo, dada la importancia de su palabra en el juicio. La sinceridad, la veracidad, deben ser un culto en el, no sólo para escapar de las sanciones penales por falso testimonio, sino para cumplir con el imperativo moral que condiciona su función ante la justicia. Ha de realizar todo ello con la ecuanimidad de un juez, con absoluta objetividad. Juzgará los hechos comprobados con un criterio riguroso y exacto, sin ceder a la tentación de la amistad o de la codicia. Pero el suyo no puede ser en la ocasión un criterio exclusivamente médico, pues este suele estar en desacuerdo con la solución jurídica o legal. El perito debe tener un criterio m& dicolegal, que s61o podrá adquirir conociendo la doctrina jurídica esencial y la legislación aplicable al caso sometido a su dictamen. Solo así le podrá ser siempre util, pues sabra cuales son los puntos que debe aclarar y con qué norma ha de hacerlo. Esta es la causa habitual de las deficiencias de los informes médicos. Razón tenía Legrand du Saulle cuando después de hablar de la ignorancia en medicina legal entre abogados y médicos, decía: "En los dos casos, el abogado no ha abierto jamás un libro de medicina mental y el médico alienista ha olvidado completamente de hojear el código". En ningún país ?sobre todo para los no alienistas? mas que en el nuestro, resulta aplicable esta opinión del gran maestro francés.

II - Es necesario abrir los ojos y cerrar los oídos

Esta excelente norma fue ya aconsejada por Devergie. Es una fórmula inteligente que marca la línea de conducta mas prudente, segura y eficaz: abrir bien los ojos, para ver por sí mismo con exactitud, y cerrar los oídos, para no hacerse eco de las palabras siempre tendenciosas de las partes en juicio, o de los comentarios del público basados en prejuicios o pasiones. El perito debe comprobar personalmente y aislarse indiferente por encima de los intereses parciales en juego en cada causa. Un gran peligro para el perito es el dejarse impresionar por el ambiente público, por la amistad sospechosa, por la simulación de las partes. En materia penal, el acusado o la víctima, en materia civil, cualquiera de las partes o sus parientes, intentan con frecuencia engañar al perito. El homicidio, según el procesado, habría sido en legitima defensa; según los deudos, habría sido un asesinato con alevosía con la víctima herida de atrás o sentada; en el juicio de insania, unos parientes afirmaran con vehemencia indignada y teatral que el enfermo es un perfecto imbécil, mientras otros sostendrán con energía que el supuesto alienado es un hombre muy inteligente. En general, salvo ciertos casos que el buen juicio del perito determinará, es mejor no guiarse por los datos de tal procedencia. Hay que hacer todo lo contrario de lo aconsejado por Eduardo Wilde, quien con su humor de escéptico indicaba al perito "consultar con las solteronas del barrio" para orientarse en los sumarios oscuros, pues "no hay cosa que una vieja no sepa por sus vecinas". Parientes o vecinos son casi siempre fuentes sospechosas de información y el perito que recurre a ellos con ingenuidad sigue un camino lleno de peligros. Conozco casos de colegas que olvidaron esta buena norma de abrir los ojos y cerrar los oídos y fueron inducidos en los mas graves errores. En todo caso, la perspicacia del perito sabra discernir aquellos datos y personas merecedoras de su confianza. Sin duda, es preferible siempre hacer abstracción de esos antecedentes juicios. Y sobre todo, deberá saber que él no puede excederse y efectuar, so pretexto de averiguación médica, toda una investigación complicada con interrogatorio de testigos, pues se trataría de una información extrajudicial de discutible valor forense, como alguna vez ha quedado establecido en nuestros tribunales.

III - La excepción puede ser de tanto valor como la regla

En la práctica clínica corriente, el médico se guía sobre todo por los hechos mas habituales, pero sin descuidar las posibles rarezas. Esta precaución es aun mas necesaria y útil en medicina legal, donde siempre se trata de casos de especie, pues todo peritaje es un problema individual. Por eso mismo, el perito debe tener siempre presente la posibilidad de un hecho excepcional. A veces, la justicia suele preguntarle "si es posible" que un hecho dado sucediera de tal modo. Aunque la regla en la lógica y los hechos imponga la imposibilidad, al perito debe bastarle saber que el hecho "puede" realizarse, aunque sea una vez en mil, para responder afirmativamente a la cuestión planteada. Aunque muy excepcional, el hecho no debe ser negado, pues el caso estudiado podría ser precisamente el de la excepción. Esto en cuanto a una posibilidad teórica o doctrinaria, pues puede suceder que ella deba ser rechazada en un caso concreto cuando aparece en contradicción con otros datos objetivos del caso mismo. Es ya cuestión de especie, que el perito resolverá con su ciencia y su buen criterio. En estos trances forenses, el perito será muy cauteloso y administrará con precisión su vocabulario. Tres palabras le serán preciosas en su progresión de matices: verosímil, posible y probable. Hace poco un juez del crimen, entre otras, me planteó la pregunta "de si era posible que dos balas entraran por el mismo orificio". Responda que el hecho era posible, aunque "excepcional dentro de lo raro", y que en ese caso, un homicidio, no había datos para negarlo o afirmarlo por numerosas omisiones de los informes anteriores. La excepción, pues, puede resultar de tanto valor como la regla ante las exigencias forenses, siempre individuales y concretas. Ello mientras se trate de una excepcion sola para resolver el caso subjudice. Y en este asunto, reproducirá lo que decíamos en el informe sobre la muerte del doctor Carlos A. Ray: "Bien es cierto que la excepción, tratándose de hechos médicos, es siempre de valor y resulta aceptable en medicina legal, donde se busca aclarar un caso determinado, que puede precisamente constituir la excepción. Pero si un hecho excepcional es posible y en tal sentido el perito debe tenerlo en cuenta y aceptarlo como explicación, la situación ya cambia cuando, como en este caso, es necesario recurrir a la reunión de muchas excepciones, interpretando sólo con ello, absolutamente todos los datos que la investigación médica ha obtenido. Es evidente que en esa forma, tratándose de fenómenos no matemáticos, hay que tomar el conjunto de los datos. La posibilidad de un hecho así, con reunión de todas las excepciones, resultará ya inaceptable o por lo menos improbable, según la naturaleza de los datos.

IV - Desconfiar de los signos patognomónicos

Es sabido que los llamados signos patognomónicos no pasan de ser una ilusión clínica. Desgraciadamente, esa exactitud de un diagnóstico basado en un solo signo de valor absoluto no existe: la precisión matemática no es aplicable a los problemas biologicos que el médico debe resolver. Si ése es el criterio clínico, el mismo y con mayor rigor debe ser el criterio médicolegal: el perito no puede confiar en la indicación de un solo signo, precisamente por la trascendencia de su opinión, cuyas consecuencias son a menudo irremediables. Pero en este asunto es necesario distinguir los "signos" de las "pruebas". Los primeros son fenómenos o alteraciones objetivas que aparecen mas o menos espontáneamente a la investigación del perito. Las segundas son formas de reacción o modificaciones provocadas deliberadamente por este. Si hay que desconfiar de aquellos, pues nunca son absolutos, se puede, en cambio, tener mis fe en el valor de las últimas, pues resultan el corolario de una pequeña experiencia, cuyo determinismo se conoce. Todo esto resulta corroborado por la práctica y por la historia médicolegal. El caso de las "manchas de Tardieu" es ejemplar: las equimosis subpleurales no tienen el valor patognomonico en el sentido de muerte por sofocación como lo sostuvo el sabio maestro. La situación es diversa cuando se trata de "pruebas" o reacciones. Así, por ejemplo, el resultado de la prueba de lcard, de inyección de fluoresceína para el diagnóstico de la muerte (en el vivo da color amarillo); o el de dosificación de alcohol en la sangre o la orina para afirmar o negar la ebriedad; o el de la docimasia pulmonar, con sus cuatro tiempos, para saber si un feto ha respirado o no. Es natural que hay ciertos datos de un valor enorme, que el perito no puede desechar. Así, por ejemplo, el punto de Beclard, de osificación de epífisis inferior femoral que indica madurez del feto; o la presencia del tatuaje de pólvora en una herida de arma de fuego, que indica disparo desde poca distancia. Pero fuera de que estos signos, como otros semejantes, tienen variaciones de forma, intensidad, etc., hay casos de excepción y de hechos negativos. La mejor norma pericial es recoger el mayor número de comprobaciones, tratar de coordinarlas y luego basarse en el conjunto para fundar las conclusiones. Poco importa que cada dato aislado sea discutible o de poco valor; la reunión de todos es lo fundamental para la convicción. En esto, como alguien dijo, también la unión hace la fuerza. A falta de signos patognomónicos, el perito fundará su conclusión en la coordinación de todos los datos. En un trabajo anterior, yo he recordado que esa no suele ser la posición del abogado en el juicio. EI valor de los signos es distinto para el perito y para el defensor; el juez no debe olvidar que aquel suele guiarse por los signos positivos, mientras este prefiere hacer resaltar los negativos. La tactica forense induce a la defensa a destruir uno a uno, y sucesivamente, los signos en que el perito basa su opinión y esa tarea resulta a veces un ágil esfuerzo dialectico y abre la entrada a las hipótesis mas desconcertantes, pues la confusión favorecerá siempre al acusado. El perito, en cambio, funda su conclusión en el conjunto de pruebas medicas, pues sabe que aisladamente, cada signo es insuficiente. El defensor procede por análisis y fragmentación crítica; el perito procede por síntesis y correlación lógica. Pero, suele suceder que aquel, al discutir los fundamentos, busque destruirlos individualmente e invoque contra uno argumentos que luego debe rechazar contra otros. El juez no debe, pues, olvidar esa diferencia de método entre el médico y el abogado, cada uno en su respectivo papel.

V - Hay que seguir el método cartesiano

El método aconsejado por el filósofo Descartes es, en realidad, excelente para cualquier investigación científica. Consiste, como es sabido, en seguir estas cuatro reglas esenciales: 1º No admitir jamás como verdadera ninguna cosa que no aparezca evidentemente como tal y evitar la precipitacón o la prevención. 2º Dividir las dificultades en tantas partes como sea posible para resolverlas mejor. 3º Dirigir ordenadamente el pensamiento, comenzando por lo mas sencillo y fácil para llegar a lo mas complejo. 4º Hacer enumeración completa y revisiones sin omitir nada. Este era el filósofo de la "duda" inteligente, lógica, exploradora. Es la actitud del sabio en la marcha de su investigación. Debe también ser la del perito en la solución del problema médicoforense. El método cartesiano, con sus reglas, exige del perito una actitud intelectual bien definida, para que la duda inicial no resulte una posición de escéptico capaz de quitar toda eficacia a su tarea. El perito debe tener y cultivar su perspicacia. En la práctica corriente, el médico cuenta con lealtad, la colaboración del enfermo y de su familia, factores con los cuales el perito no puede contar y, ya hemos visto, hasta debe desconfiar de ellos. En cambio de eso, a menudo encontrará mentira, interés, simulación: su perspicacia ?don natural o adquirido con la práctica? lo orientará para cumplir la primera regla cartesiana. Para cumplir las siguientes, buscará por sí mismo las comprobaciones; se habituará a objetivar estableciendo las diferencias entre los diversos problemas propuestos y datos encontrados y sabrá juzgarlos con la luz de un buen criterio médicolegal, cuyos elementos hemos ya analizado en páginas anteriores. Tratándose de normas de acción, este método podría ser sintetizado en los siguientes verbos: dudar, objetivar, comprobar, diferenciar y juzgar.

VI - No fiarse de la memoria

Este es un consejo cuyo alcance es fácil de comprender. En el desarrollo del peritaje ?autopsia, examen de un enfermo, investigación de laboratorio? van comprobándose una gran cantidad de datos que a pesar de su importancia pueden ser olvidados del todo o en algunos de sus detalles, si el perito ha confiado en su memoria. Nada de esto sucederá si el ha tenido la precaución de tomar notas de todo a medida que los datos fueron apareciendo o haciéndolo inmediatamente después, lo que puede ser mejor con un delirante perseguido, por ejemplo. Si los peritos son varios, cada uno tomará sus notas o alguno de ellos podrá hacerlo para todos, si así se ha convenido. La utilidad de este hábito es enorme. Las referencias serán así mas exactas, pues en la memoria hay siempre una parte de olvido. Además, eso permitirá al final ver mejor el conjunto de observaciones y hasta podrán aparecer pequeños datos, de interés insospechado al principio. Si los peritos están de acuerdo, tanto mejor; pero en caso de discusión, sea sobre los hechos mismos o sobre su interpretación, la existencia de anotaciones resultará de un valor precioso para establecer la verdad, y siempre se colocará en inferioridad de condiciones el perito que no haya tenido la precaución de tomarlas.

VII - Una autopsia no puede rehacerse

Toda autopsia debe ser metódica y, sobre todo, completa. El perito ha de habituarse a ejercitar sus sentidos antes y después de cortar: ver, tocar y a veces también oler. Pero debe ver bien todos los órganos y hacer constar los detalles de valor médicolegal. Siendo así completo, el es mas útil al juez y permite, si hay necesidad, el estudio de otro perito sobre los datos de su informe. No debe darse por satisfecho con la primera comprobación que le parezca suficiente para explicar la causa de la muerte, pues la historia de la medicina legal conoce los casos de las sorpresas mis extrañas, que han resultado anécdotas algunas veces pintorescas y otras dramiticas. Sobre todo, el perito tiene el deber de agotar su investigación de autopsia, pues si ella no es completa habrá perdido la oportunidad de aclarar todos los hechos a la justicia, la cual con frecuencia ya no podrá hacerlo en debida forma mis tarde. Es lo que sucede cuando hay necesidad de una segunda autopsia, en la cual los nuevos peritos encuentran mayores dificultades no sólo por la putrefacción que ha avanzado, sino por las modificaciones de forma y situación de órganos o lesiones producidas por la primera necropsia. Sin embargo, sucede a menudo que las deficiencias de los primeros peritos, obligan al juez a ordenar una exhumación para investigar con precisión algunos puntos en blanco. Los juicios en los cuales se ha hecho una segunda autopsia no son tan excepcionales por lo menos en tribunales provinciales, y hasta conozco casos en los cuales ha habido necesidad de tres, con diferentes peritos. Tal extremo no se explica sino por ignorancia máxima o por mala fe.

VIII - Pensar con claridad para escribir con precisión

Si todo problema clínico es un acto de lógica, ésta es aún mas necesaria en la práctica médicoforense. Toda actuación pericial se compone de dos momentos intelectuales. El primero, de comprobación, es de análisis y de critica, y debe resolverse siguiendo la norma quinta, que ya hemos estudiado. El segundo, de demostración, es de síntesis y de argumentación. Todo perito necesita desarrollar su aptitud dialectica, pues su informe debe convencer. Su opinión no puede limitarse a una afirmación dogmática para justificar sus conclusiones, pues para apreciar el valor de esta prueba, de la cual puede apartarse, el juez debe conocer y pesar las razones en que se funda. El perito necesita habituarse a redactar, pues lo fundamental de su actuación es escrita, situación que lo diferencia radicalmente de sus colegas de la práctica profesional. No necesita, desde luego, escribir con un estilo literario ?lo peor que puede suceder es querer hacer literatura?, pero debe escribir con corrección gramatical, sobriedad de estilo, seriedad técnica, claridad lógica y eficacia dialéctica. La excusa de no saber hablar o escribir suele ser invocada por quienes no se dan la pena de estudiar bien y pensar mejor. Cuando las ideas son claras, la forma verbal adquiere diafanidad y precisión, las dos mejores cualidades del estilo, aun en la creación literaria y con mis razón en la científica. El perito que primero piensa con claridad, asocia sus ideas con rigor lógico, sabra argumentar con método y concretara sus conclusiones con precisión. De ese modo su actuación será mas eficaz para la justicia. Esto no significa que la necesidad dialéctica ha de convertir al perito en un abogado de una de las partes. El perito sólo defiende la verdad científica y como su convicción es que ella coincide con su opinión, él debe fundarla con solidez para llevar esa misma convicción al espíritu del juez, que, como el, solo debe buscar la verdad. Esto, sobre todo, es útil, o mejor dicho indispensable, cuando se informa en disidencia con los colegas de peritaje.

IX - EI arte de las conclusiones consiste en la medida

Una de las mayores dificultades periciales es la de redactar las conclusiones del informe. No sólo el pensamiento, o sea la opinión ha de ser muy exacto, de acuerdo estricto con las comprobaciones, sino que el vocabulario debe ser también muy preciso y bien dosado. A veces, una palabra puede cambiar todo un concepto, o prestarse a una interpretación que no estuvo en la mente del perito. El arte de las conclusiones, además de la claridad, consiste en la medida. Hay que saber el límite de lo que puede afirmarse categóricamente. No hay que ser demasiado prudente ni temerario. El perito sabrá triunfar de dos dificultades igualmente peligrosas: la timidez y la audacia. Su buen juicio le dará el límite exacto de sus afirmaciones posibles. Si el es de una prudencia excesiva, de modo tal que su exagerada crítica le convierte en escéptico, sus conclusiones serán de una timidez que le impedirá salir de la vacilación, de la duda, de la hipótesis, y la justicia carecerá de la comprobación firme que buscaba y necesitaba con el peritaje. Si, por el contrario, el perito es demasiado audaz, en forma tal que su precipitación le torna irreflexivo, sus conclusiones podrán resultar de una temeridad que le permitirá ser categórico en sus afirmaciones, pero la justicia correrá el riesgo de aceptar una conclusión no justificada por los hechos bien analizados. En ambos casos, el médico habrá llenado mal su función y habri hecho un esfuerzo sin eficacia y hasta perjudicial. La ciencia y el buen criterio del perito le permitirin saber el valor de las diferentes comprobaciones, comprender que es lo que puede aceptarse como probado o cierto, en qué punto se puede ser categórico para afirmar o negar. Esa medida técnica y lógica deberá objetivarse en esa medida verbal de las pocas palabras de sus conclusiones.  

X - La ventaja de la medicina legal está en no formar una inteligencia exclusiva y estrechamente especializada

Yo endoso complacido esta afirmación prestigiada por la firma de Lacassagne. En efecto, dentro de la medicina misma, ella no puede encerrarse en una sola especialidad, como lo hemos visto en páginas anteriores, pues las abarca a todas, desde el punto de vista forense. Por los confines de la medicina, ella alcanza a la criminologfa, toca al derecho en ciertos aspectos civiles y penales, y por todo eso abre ante ella las perspectivas sociológicas y filosóficas mas atrayentes. Exige por ello una cultura mas vasta que otras ramas de la medicina y puede dar, como pocas, una sensación de plenitud intelectual. Pero esta amplitud panorámica puede resultar peligrosa, pues suele por ello dársele límites imprecisos y hasta hay quienes piensan que es una ciencia verbalista, proclive a la improvisación. Consecuencia del primer error es que algunos la confundan con la medicina social, que es filantropia técnica o higiene, y poco tiene que ver con nosotros. En cuanto al segundo, baste decir que todo el esfuerzo moderno en medicina legal consiste en concretar su doctrina y objetivar en lo posible sus métodos, para darle el rigorismo severo de una verdadera disciplina científica y ponerla en sus procedimientos a tono con las otras ramas de la medicina. Y ello es realizable y necesario, dentro de su amplia perspectiva intelectual y moral, pues la medicina legal tiene dos bases concretas de aplicaci6n: la ley, que es la forma positiva del derecho, y el caso forense, que es el hecho objetivo para la aplicación de aquella. Las normas pueden así concretarse en reglas y esto justifica los diez mandamientos que acabo de exponer.

Texto extraido de la obra "Medicina Legal" del Dr. Nerio Rojas, Editorial El Ateneo, Tercera edición, Buenos Aires, 1947.

martes, 20 de diciembre de 2011

Post Mortem XLVI


No tengo dudas en cuanto a que esta fotografía es una de mis favoritas. La expresión de picardía del chico contrasta con la expresión inerme de su hermano muerto...

jueves, 15 de diciembre de 2011

Disección en 1901


Fotografía de la disección de un cadáver en alguna universidad norteamericana en el año 1901.

martes, 13 de diciembre de 2011

Post Mortem XLV


Mr.Milton, 1879.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Morgue judicial


Fotografía de la morgue judicial de la localidad de la ciudad de Los Angeles en 1932. Observen el mobiliario, el instrumental, el antiguo teléfono de pared y el cuerpo que espera a los peritos que se ve parcialmente a la derecha de la imagen.

jueves, 8 de diciembre de 2011

La lección de anatomía del Dr. Joan Dayman


"La lección de anatomía del Dr. Joan Dayman" (1656) de Rembrandt.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Sala de disecciones


Notable fotografía de la sala de disecciones de una universidad norteamericana de principios del siglo XX.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Frases de Muerte


No te rías de la muerte porque está justo detras de ti...

Si dicen que la muerte es dulce ¿por que la tememos?

La vida son las vacaciones de la muerte, aprovéchalas, sólo hay unas.

Cuanto mejor es morir por algo, que vivir por nada...

Más vale morir de pie, que vivir de rodillas.

Muertos no son aquellos que descansan en una tumba fria, muertos son aquellos que como yo, teniendo el alma muerta, viven todavía.

¿Cuándo será el fin del mundo? El día en que me muera.

Nunca he odiado tanto una cosa: una muerte injusta.

Morir es viajar sin regreso a un mundo mejor.

Cuando lloras por alguien que ha muerto, demuestras el miedo que tienes a correr la misma suerte.

La muerte nos sonrie a todos así que devolvámosle la sonrisa a la muerte.

¿Quién es la muerte? La única que se cree con derecho a llevarse una vida.

Que caso tiene ser inmortal cuando ya se esta muerto.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Post Mortem XLIV



Hermana María Josefina, 1873.

martes, 29 de noviembre de 2011

Post Mortem XLIII

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Un velatorio de cuerpo presente en la oscura España rural de la época de Franco. La fotografía fue tomada en el año 1950 por el fotógrafo norteamericano W. Eugene Smith (1918-1978).

sábado, 26 de noviembre de 2011

Fosa común


En la fotografía se aprecian varios restos humanos encontrados en una fosa común, cerca de la localidad de Weston, Florida, el 21 de abril de 1911. Dichos restos pertenecen a combatientes de la Guerra de Secesión norteamericana (1861-1865) y fueron redescubiertos en una granja hace ya más de 100 años. 

viernes, 25 de noviembre de 2011

El suicidio no existe


Existe una norma no escrita en los medios de comunicación que impide publicar imágenes de suicidas, tanto durante la acción de acabar con su vida como cuando han consumado su acción. El suicidio es la primera causa de muerte no natural en el mundo. Incluso se llega a no informar de estos hechos. Este reportaje de Elena Mengual y Daniel Izeddin aporta algunos datos estremecedores. En definitiva, el suicido es una epidemia sin fotografías.

Ahora la Advertising Standards Authority (ASA), que vigila la imagen que emite la publicidad en el Reino Unido, ha prohibibido un anuncio de la marca Miu Miu. Se trata de una foto tomada por Bruce Weber, uno de los más reputados entre los fotógrafos de moda. La fotografía ha sido calificada como 'irresponsable y que viola el Código que impide mostrar a un menor en una situación peligrosa'. La protagonista es la actriz estadounidense Hailee Steinfeld, 14 años de edad.

En la imagen, la joven permanece sentada en las vías de un ferrocarril abandonado.La marca de moda explicó que la intención era representar a una actriz en un plató de cine, relajada entre toma y toma. A pesar de ello, la ASA asegura que se muestra una 'situación potencialmente peligrosa'. 

Vía │  El Mundo.es

domingo, 20 de noviembre de 2011

Post Mortem XLII: la heroína


Imágen del cadáver de una partisana holandesa  en su ataúd colmado de flores. Esta joven mujer luchó valientemente durante la invasión alemana a su país y fue abatida en octubre de 1943, poco antes de la liberación, que no llegó a ver pero que contribuyó a lograr.

viernes, 18 de noviembre de 2011

La última molestia


Les invito a leer este breve cuento del escritor mexicano Amado Nervo (1870-1919) que es uno de los principales exponentes del movimiento modernista en la lengua española. "La Última Molestia " integra la colección titulada "Cuentos Misteriosos".

Y aconteció que el carro fúnebre de tercera clase, con sus dos escuálidos caballejos, metió- se entre los rieles del tranvía.
Cuando el conductor quiso evitarlo, ya era tarde.
–¡Nos ha estropeado el viaje! –exclamó con agresivo mal humor.
El carro, como si tal cosa, arrastrábase penosamente por el arroyo. Bostezaba el cochero bajo su grasiento sombrero de copa (pues la categoría del difunto no había requerido la peluca blanca) y el ataúd negro con cintas amarillas, mal cerrado, parecía bostezar también su interminable bostezo de eternidad...
Aun cuando suele decirse que los muertos van de prisa, ello se entiende, ¡claro!, de la trayectoria de su recuerdo por nuestra retentiva. Este recuerdo atraviesa la memoria a muchos miles de metros por segundo; es fugaz como los aerolitos. En el cielo de ciertos espíritus, deja como algunos bólidos, un trémulo rastro de oro, más o menos efímero; pero, en la realidad de las almas, se desvanece bien pronto.
Sabido es el delicioso cuento (de Anatole
France): cierto turista se encontró en un cementerio japonés a una viudita harto apetitosa, que agitaba su abanico sobre la recién removida tierra del sepulcro de su marido, llorando a lágrima viva.
«¿Por qué tan peregrino rito fúnebre?» –preguntó el viajero a su guía, quien interrogando a su vez a la viudita, escuchó esta ingenua y admirable respuesta:
–«Mi esposo, en su lecho de muerte, me hizo jurar que no lo olvidaría mientras estuviese húmeda la tierra de su fosa»...
...¡Y por eso soplaba, diligentemente, con su abanico, la viudita!
¡El escéptico y filósofo marido nipón, que conocía bien a su mujer, le había pedido poquísima cosa..., y, sin embargo, estuvo a punto de pedirle demasiado!
¡Ah, sí, los muertos van de prisa en nuestra memoria.., pero van muy despacio al cementerio, y la carroza de tercera clase de mi cuento marchaba con una lentitud verdaderamente.., fúnebre!
Los ocupantes del tranvía empezaban a impacientarse.
–¡Voy a perder mitren para El Escorial! –gemía una fiel esposa–. Y mi marido estará inquietísimo... ¡Tendré que telegrafiare!
–Yo iba a San Antonio de la Florida con mis niñas –afirmaba una crasa mamá, flanqueada por dos muchachas morenas, de buen ver–, pero a este paso llegaré para la cena...
–Es insoportable la estrechez de las calles –vociferó un señor de opiniones avanzadas–. En más de dos años que lleva en el poder el partido conservador, ya podía haberse abierto la Gran Vía, que ha de descongestionar un poco a este Madrid de mis pecados...
El cobrador trataba de calmar los ánimos con la perspectiva de la próxima llegada al tramo más ancho de la calle, donde el carro fúnebre se echaría a la izquierda, y el tranvía, desdeñosamente, pasaría a la derecha.

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¿Y el muerto? El muerto, en tanto, sin pizca de impaciencia, seguía allí, muy ricamente, extendido dentro de su caja negra y amarilla.
–Será la última molestia que el pobre dé en su vida! –suspiró una anciana que iba en un rincón del tranvía.
¡La última molestia! El pobre, en efecto, debió tener raras ocasiones de molestar al prójimo. La muerte le reservaba una suprema compensación: iba a hacer perder a una fiel esposa su tren para El Escorial; a una mamá gorda con sus chicas, su paseo por los alrededores de San Antonio de la Florida. ¡Iba a impacientar a los novios de las niñas y a ser causa tal vez de un rompimiento, y, lo que es más grave aún, servía de pretexto para que un señor de ideas avanzadas, criticara al gobierno!
Eran demasiados desquites para tan modesto cadáver...
¡Su alma debía sonreír con una sonrisa absolutamente espiritual, en el seno de la Cuarta Dimensión!


Amado Nervo

jueves, 17 de noviembre de 2011

Post Mortem XLI


Nuevamente nos encontramos ante una fotografía post mortem excepcional. En especial las imágenes de niños fallecidos son las que poseen mayor dramatismo, como en este caso.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Albert Einstein, un genio hasta para enviar un pésame...


              Febrero 12 de 1950
Querido Dr. Marcus,
Un ser humano es una parte de un todo, al que llamamos “Universo”, una parte limitada en el tiempo y el espacio. Él experimenta por si mismo (sus pensamientos y sensaciones) como si estuvieran apartados del resto; una especie de falsa ilusión óptica producida por su conciencia. El esfuerzo necesario para liberarse a uno mismo de esta falsa ilusión es un problema que debe resolver la verdadera religión. No alimentar esta falsa ilusión, sino intentar superarla, es la única forma de alcanzar un nivel de paz mental asequible.

Con mis mejores deseos,
Sinceramente suyo,
Albert Einstein.


Esta carta de condolencia fue escrita por Albert Einstein a Robert S. Marcus en febrero de 1950. Por aquel entonces Marcus era director político del Congreso Mundial Judío y acababa de perder a su hijo debido a la poliomelitis. Se aprecia la genialidad y el agudo sentido irónico del gran físico. No se podía esperar menos del hombre que cambió al mundo...

martes, 8 de noviembre de 2011

Post Mortem XL: "Nuestro querido"



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En esta fotografía post mortem se aprecia al niño John A. Eaglen, de tres años de edad, fallecido el 18 de mayo de 1914 en Washington D.C. El chico se encuentra en su ataúd blanco que posee en su tapa una placa grabada con la frase "Our darling" que expresa la tristeza inconsolable de sus padres. Por cierto que rara vez tenemos la oportunidad de conocer el nombre, el lugar y la fecha del fallecido por lo que este caso nos resulta muy interesante.

¿Cómo saber si una persona está realmente muerta?


Curioso método descrito en la revista española Ilustración Non Plus Ultra del 9 de setiembre de 1886 para comprobar si una persona está o no realmente muerta...

domingo, 6 de noviembre de 2011

Morirse es un mal negocio




Generado por: Actibva

Si bien esta infografía se refiere al costo de un funeral en España (en el orden de los 2.400 euros), la cosa por estas latitudes no es muy distinta. Morirse aquí es carísimo, uno debe estar toda la vida pagando un servicio fúnebre a empresas que lucran de forma increíble a costas de la muerte. Contrariamente a lo que pueda pensarse, optar por la cremación puede llegar a ser más caro que un entierro. Como se puede ver, para los pobres morirse no es un buen negocio, hasta en eso están jodidos. Como dijo García Márquez: "El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo"

martes, 1 de noviembre de 2011

La muerte erótica










Fotografías de Alex Stoddard


jueves, 27 de octubre de 2011

El testamento de Florencio Sánchez


"Si yo muero, cosa difícil, dado mi amor a la vida, muero porque he resuelto morir. La única dificultad que no he sabido venere en mi vida, ha sido la de vivir. Por lo demás, si algo puede la voluntad de quien no ha podido tenerla, dispongo: primero, que no haya entierro; segundo, que no haya luto; tercero, que mi cadáver sea llevado sin ruido y con olor a la Asistencia Pública, y de allí a la Morgue. Será para mí un honor único que un estudiante de medicina fundara su saber provechoso para la humanidad en la disección cualquiera de mis músculos".

Florencio Sánchez (1875-1910), dramaturgo uruguayo.

sábado, 15 de octubre de 2011

Post Mortem XL


































En esta notable fotografía en la que vemos a un niño muerto junto a sus juguetes favoritos. Lo que más llama la atención de esta foto es que la podemos calificar de "moderna". Observen como se ha manejado la luz y como se ha buscado dar al chico una imagen de estar adormecido sobre su cama, con un aspecto sereno y con su traje de marinero blanco, símbolo de la pureza. También vemos un reloj de bolsillo que simoboliza la brevedad de la vida. La fotografía fue tomada en Montreal, en 1911, exactamente hace 100 años, y se titula "El hijo muerto de la Sra. Barnett". Entre los libros del chico, vemos uno de historias de hadas y otro que parece ser de contenido didáctico. Si la fotografía fuera actual, veríamos videojuegos...

domingo, 9 de octubre de 2011

Post Mortem XXXIX



Esta fotografía post mortem es impresionante. No se ha intentado dar ilusión de "vida", como en tantos otros casos que hemos visto. Aquí se muestra a la muerte en toda su crudeza. Hasta se puede decir qeu resulta grosero el detalle de esas tablas de madera que se ven en la parte inferior de la foto...

Sala de anatomía

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Los cuerpos sobre sus camillas esperan a ser disecados en la sala de anatomía de una universidad. La fotografía parece datar de mediados del siglo XX.

sábado, 8 de octubre de 2011

José Castell


En un rincón perdido del Cementerio Viejo de Paysandú, se encuentra esta antigua tumba que contiene los restos del niño José Castell fallecido a los 11 años, 2 meses y 3 días, el 21 de junio de 1839. La leyenda de su lápida es conmovedora y expresa el dolor de su familia por ese hijo en quien depositaban todas sus esperanzas. Lo imagino alegre y feliz, mimado por sus padres, jugando con sus hermanos... En cualquier época y lugar, no hay mayor tristeza que la muerte de un niño y hoy nos ha tocado recordar a  este chico  que pasó brevemente por este mundo y se fué hacia la eternidad hace 172 años...

lunes, 19 de septiembre de 2011

Vampiresas





Con los inicios del cine mudo, surgieron las "vampiresas", aquellas mujeres que se divertían manipulando a los hombres y los llevaban a los hombres  a la  bancarrota, la locura y el suicidio. La actriz Theda Bara fue la primera gran vampiresa del cine y aparece en la primera fotografía posando frente a un esqueleto masculino con su gélida mirada.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Post Mortem XXXVIII


Todo me lleva a pensar que estamos ante una nueva y cruda fotografía post mortem aunque no lo puedo afirmar plenamente. Si efectivamente lo es, la considero fascinante...

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Post Mortem XXXVII


Esta fotografía, fechada alrededor del año 1900, nos muestra una niña muerta,  recostada en un sofá , entre cojines, simulando estar dormida. El vestido. el moño y los zapatos blancos simbolizan la pureza y aún hoy se siguen empleando ataúdes y autos fúnebres de color blanco cuando se trata de niños fallecidos.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Autopsia VII


Ignoro los detalles de esta fotografía de una autopsia o una lección de anatomía de principios del siglo XX. La estética de la imagen no me permite determinar si se trata de peritos forenses o de estudiantes de medicina. Como quiera que sea, me parece una fotografía muy interesante.