viernes, 27 de enero de 2017

Necrológicas III: Juan Francisco Giró (1863)


El ciudadano Juan Francisco Giró (1791-1863) fue cabildante en 1815. Delegado ante Pueyrredón, conjuntamente con J. Durán. Dirigente del movimiento del Cabildo de 1822-1823. Ministro general durante el gobierno provisorio de Suárez (1826-1827). Miembro de la Asamblea Constituyente. Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores de Rondeau (1829). Enviado diplomático ante los gobiernos de Inglaterra y de España (1835). Miembro de las cámaras del Cerrito. Senador (1851) (1860). Presidente de la República (1852-1853).

De "El Siglo" de Montevideo, N° 81 (14 mayo 1863).

martes, 17 de enero de 2017

Cochería Italiana (Salto, 1910)


Este aviso apareció pubilcado en el Álbum del Salto, publicación de la Exposición Internacional de 1910 donde se mostraban los grandes avances sociales, culturales y materiales del departamento de Salto, Uruguay. La "Cochería Italiana", fundada en 1882 por el Sr. Gerónimo Simonelli, inmigrante italiano. Luego pasó a llamarse "Empresa Simonelli" y mantuvo su nombre y prestigio hasta la actualidad, aunque hace buen rato que ha cambiado de propietarios.  

lunes, 16 de enero de 2017

Por los cementerios II...

 

Ya han pasado los días consagrados por los vivos para ir a importunar con su bullicio la paz y la calma de los sitios donde descansan los que fueron. Una vez más la vida a entrado triunfante dentro del ejido de la ciudad de los muertos y una vez más ha impuesto su eterna, su invariable alegría en el sitio donde el dolor humano tiene una elocuente manifestación en cada epitafio. Para los poetas cursis, la tarea de enternecerse y derramar lágrimas en estos días oficiales de sentimiento y recuerdo: -nosotros no estamos por eso; preferimos aprovechar esas tardes hermosas del primero y dos de Noviembre como tregua a las tareas diarias, y las visitas a los cementerios como agradables reuniones sociales, donde el flirt es obligatorio y de buen gusto y muy capaz de proporcionarnos oportunas notas gráficas.


En este sentido la fiesta de los muertos de este año fue extraordinaria. La concurrencia que afluyó a los cementerios en el día dos fue muy numerosa, enorme, como podrán ver nuestros lectores en algunos de los grabados que publicamos. Y, a propósito de grabados, debemos advertir que, pese a las rigurosas disposiciones municipales, que prohiben la entrada a las necrópolis de aficionados a la fotografía acompañados de sus respectivas máquinas, nosotros hemos conseguido contravenir la disposición y colocarnos con nuestre Murer´s en el cementerio y allí hacer todas las diabluras que quedan consignadas en las presentes fotografías. El Director de Cementerios, estimado caballero don Felipe H. Segundo, queda autorizado para protestar por ello cuando le plazca.


Ahí hay de todo: una multitud apiñada que trota a través de las tumbas y grupos de visitantes aislados que, o bien oran al pie de la cruz que señala el sitio donde reposa un deudo, o bien se ocupan del embellecimiento de alguna tumba olvidada despiadadamente durante todo el año. Porque eso sí: los vivos son tan ingratos que sólo una vez al año se acuerdan de los muertos, y es entonces que se atropellan para hacerles agasajos, derramando flores y coronas sobre la tierra que cubre cenizas de padres, hermanos, esposos, hijos. Después de pasado el día oficial del dolor nadie aparece por el cementerio y los pobrecitos muertos se quedan solos y olvidados. Por fortuna, ellos no protestan.


En fin: que el día de ánimas fue pródigo en flirtreos (casamientos en embrión, y de donde resulta que también en medio de las tumbas ande el amor repartiendo mandobles a cuanto corazón sencillo encuentre al paso) y grato a los que nos dedicamos al culto de la belleza, porque los desfiles femeninos fueron algo que no se saborea todos los días. Y todo esto a plein air, a la luz del sol, bajo un cielo sereno, que se empañaba en conseguir el tono azul perfecto, y con una temperatura primaveral, que impulsaba con fuerza la sangre dentro de las venas y nos hacía estar alegres, extraordinariamente alegres.Figúrense ustedes que una viejecita muy pequeñita y muy arrugada que encontramos llorando al pie de una cruz nos pareció una nota discordante en medio de tanta luz, de tanta vida, de tanta primavera! ¡Oh la joie de vivre, la joie de vivre!...


No es por espíritu de crítica francamente que dejamos escritas las líneas que preceden; empleamos el tono que conviene a lo que hemos visto durante los días de visita a los cementerios simplemente. No nos las echaremos tampoco de severos -ya lo dijimos al principio- pero se ve cada cosa, se contempla cada escena, se admira cada cuadro, que hablando con la más absoluta sinceridad hay como para pensar en que son muy buenos los difuntos cuando no nos tiran con algo en esos desfiles inmensos de todos los años, en esas procesiones mundanas en que van hermanados el lujo y la alegría! 


Digamos para terminar que esa escenas y esos cuadros lo mismo se producen en el lujoso Cementerio Central que en amplio y pintoresco del Buceo, donde también se levanta el Inglés, donde son más sobrias estas manifestaciones, en armonía con el carácter y el temperamento de los de la raza.


De "Rojo y Blanco" N°. 99, año 3. Montevideo, 8 de noviembre de 1902.                                    

viernes, 13 de enero de 2017

Diagnóstico de la muerte


Nada tan fácil como pretender hacer una definición de la muerte, a menos que, como nuestro Código Penal, digamos que "son los fenómenos aparecidos por la cesación de la vida", con lo cual no se satisface al lego ni al profano, dejando un inmenso campo a la discusión y al análisis, campos que hoy en día se ve muy transitado debido a que la revolución tecnológica de nuestra era ha hecho aparecer mecanismos que prolongan la vida. Dos circunstancias: la indicación de la supresión de los mecanismos de reanimación, y la posibilidad de transplantes de órganos desde dadores fallecidos, obligan a la ciencia médica a extremar esfuerzos a fin de lograr una definición concreta con la cual evitar o resolver posibles implicancias medicolegales.

Lamentablemente, la superación incesante de la tecnología, antes mencionada, hace que, todavía no aceptados algunos criterios provisorios, sean superados por otros más modernos y seguramente más arriesgados. Millones de células mueren a diario, y es justamente la labor vital el sustituirlas. Órganos enteros pueden sucumbir por diferentes noxas, sin grave compromiso para el individuo. Pero, y como se sabe desde Bichat en 1800, la alteración de la interrelación corazón-pulmón-sistema nervioso central, así como la muerte individual de alguno de ellos, lleva a la terminación del individuo.

Sostienen innumerables neurólogos de renombre internacional, que siendo la célula nerviosa, la que por un lado comanda el funcionamiento de los demás órganos y parénquimas, así como siendo la que menos tiempo soporta la caída del tenor de oxígeno en la sangre arterial, es la muerte de la misma la que señala la hora o el momento de la cesación de la vida. El diagnóstico de muerte implica el reconocimiento de signos negativos de vida, denominados abióticos, y de signos positivos de muerte o fenómenos cadavéricos.

De "Medicina Legal" de Héctor Puppo Touriz, Guillermo Mesa Figueras y otros. Librería Médica Editorial. Montevideo, 1979.

lunes, 9 de enero de 2017

Post Mortem XC


La imagen muestra la tristeza infinita del niño que despedide a su hermano pequeño, su compañero de juegos y alegrías, que se ha ido para siempre...