Morirse a los 22 años es imperdonable. Eso le pasó al jóven, casi adolescente, poeta uruguayo Adolfo Berro. Hoy dia nadie lo recuerda porque pasó como una estrella fugaz, fue solo una promesa. Estudió Derecho, ayudó a los pobres y se sintió fascinado por el movimiento romántico de la época. Cuesta creer como en un medio tan limitado y convulsionado como era el de Montevideo en la primera mitad del siglo XIX hayan surgido jóvenes espíritus tan sensibles. Adolfo era uno de ellos, dejó algunos prometedores poemas y nada mas. Nunca sabremos que hubiera llegado a dar, la tuberculosis se llevó. Así morían los románticos. En su tumba de marmol blanco se puede leer: "A la memoria de Adolfo Berro, la Juventud de su Patria".
domingo, 9 de noviembre de 2008
Adolfo Berro no tenía tiempo
Morirse a los 22 años es imperdonable. Eso le pasó al jóven, casi adolescente, poeta uruguayo Adolfo Berro. Hoy dia nadie lo recuerda porque pasó como una estrella fugaz, fue solo una promesa. Estudió Derecho, ayudó a los pobres y se sintió fascinado por el movimiento romántico de la época. Cuesta creer como en un medio tan limitado y convulsionado como era el de Montevideo en la primera mitad del siglo XIX hayan surgido jóvenes espíritus tan sensibles. Adolfo era uno de ellos, dejó algunos prometedores poemas y nada mas. Nunca sabremos que hubiera llegado a dar, la tuberculosis se llevó. Así morían los románticos. En su tumba de marmol blanco se puede leer: "A la memoria de Adolfo Berro, la Juventud de su Patria".
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