Instituto Médico Legal, Paris, 1924.



Sala de Anatomia de la Universidad de Edimburgo, 1898.

Morgue judicial en Francia, 1900.


Bélgica, 1920.


En esta fotografía se puede apreciar claramente que quienes la tomaron y encargaron pretendían que el bebé no mostrara ningún signo de su fallecimiento. Para ello se trabajaron especialmente los ojos, que quizá estén también retocados a mano a posteriori. El efecto macabro lo ocasiona la inexpresividad del niño. Es difícil hacer a un muerto sonreír por la rigidez postmortem.