Autor: Edvard Munch
Museo: Munch Museet, Oslo
Técnica: Óleo sobre tela
Dimensiones: 90 x 68 cm
Año: 1893
Munch plasma en este cuadro su propia melancolia y tristeza, que representa con colores oscuros y apagados, otorgando a su cuadro un ambiente fúnebre. Las lineas del contorno de la mujer vampiro se confunden con las de su victima, y las de éste con el propio fondo del cuadro, otorgando a todo el conjunto de la obra un carácter onírico, casi de pesadilla. De entre toda la oscuridad del oleo destaca la roja cabellera de la vampiresa, símbolo de pasión y de la sangre, en un intento de resaltar aún más la naturaleza vampira de la joven, un ejemplo más de la relación entre belleza, sensualidad, mujer y muerte. El propio Edvard Munch en sus diarios, escribio sobre su cuadro: "Sus cabellos rojo sangre se enredaban sobre mí, se enroscaban en torno a mi como serpientes rojo sangre; sus lazos más sutiles se entrelazaban alrededor de mi corazón", para concluir sus comentarios apostiyó: "Incluso cuando había desaparecido seguía sintiendo sangrar mi corazón, ya que no era posible desatar los lazos".
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