sábado, 21 de febrero de 2015

Al borde de la tumba

El arrepentimiento cristiano halla adecuada expresión poética en el siguiente soneto del poeta español Miguel del Palacio (1831-1906).


Pequé Señor, más no porque he pecado
De vuestra alta clemencia me despido,
Que cuando más hubiere delinquido
Os tengo a perdonar más empeñado.

Si verme pecador os ha indignado, 
Cederéis al mirarme arrepentido;
La misma culpa con que os he ofendido
Os tiene a la indulgencia preparado.

Cuando vuelve al redil de sus amores
Una oveja perdida y recobrada,
En júbilo se inundan los pastores.

Yo soy, Señor, oveja descarriada,
Mirad, Pastor divino, mis dolores, 
Y recobradme al fin de la jornada.

1859

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