Por ley natural, hablando aquí como naturalistas y no como teólogos, la muerte es la condición general de la vida, y hasta podría decirse que principia con ésta, de modo que, aún cuando los hombres aprendan a evitar las enfermedades, y la muerte por senectud sea tan común como rara es actualmente, todavía subsistirá el gran hecho de la muerte; y aunque ésta llegara a ser una cosa muy diferente de la muerte de nuestros días, cuyo distintivo más terrible es el venir demasiado pronto, casi siempre quedaría por resolver el mismo problema que ha preocupado a todas las personas estudiosas en todas las edades. Si fijamos la atención, o en la vida del hombre exclusivamente, sino en la vida toda de la tierra, tal vez podamos empezar a entrever una contestación satisfactoria.
Por otra parte, parece como si la muerte fuese una condición necesaria para que se reproduzca la vida; fácil es ver que toda muerte es principio de nueva vida sobre la tierra; que nada, en realidad, se consume ni se pierde; y, que si no fuera por la muerte y los nacimientos, la vida nunca hubiera podido desarrollarse en los más humildes animales y plantas, desde sus más bajos principios, hasta lo que es actualmente. Y aún en nuestros mismas vidas podemos observar que existen grandes compensaciones por la muerte. Lo mejor que existe en la vida es la paternidad, los niños y la infancia. Si no existiese la muerte, tampoco habría nacimientos, porque no habría lugar para los niños, y un mundo sin niños tal vez no fuera digno de que viviésemos en él.
La cuestión del sustento es, indudadeblemente, la primera para todos los seres vivientes. El aire es igualmente necesario, pero puede obtenerse siempre en todas partes; la comida no abunda de igual modo. La causa más común de la muerte entre los seres inferiores, sean plantas o animales, es el habmre, la cual afecta más especialmente a los nuevos vástagos de estos seres, la mayor parte de los cules mueren de inanición.
De "El Tesoro de la Juventud o Enciclopedia de Conocimientos", tomo VII; W. M. Jackson, Inc., Editores, s/f.
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