Esta curiosa fotografía fue tomada en un cementerio holandés en el año 1888. Muestra las tumbas de una señora católica y su esposo separados por un muro y unidos por un apretón de manos. La razón es simple: ambas religiones tenían sectores separados dentro del camposanto pero eso no les ha impedido mantenerse unidos más allá de la muerte...
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