Un hecho vergonzoso del rey de Inglaterra, Carlos II (1630-1685) , fué la exhumación del cuerpo de Oliver Cromwell (1599-1658) y de los de su madre, hermana, nieta y algunos de sus generales, sacándoles de sus tumbas de la Abadía de Westminster. Cuando el mencionado rey pudo volver a Inglaterra, y fué coronado, quiso satisfacer su venganza en los cadáveres de Cromwell y los suyos. Oliver Cromwell, llamado el Protector de Inglaterra, había hecho morir en un cadalso a Carlos I, padre de Carlos II, por haber herido los sentimientos del pueblo inglés aliándose con Francia contra Holanda, para asegurarse los subsidios de Luis XIV.
Hizo pues, el vengativo Carlos II desenterrar los cuerpos de los revolucionarios, y puestos en un carretón los cadáveres de Cromwell, Ireton y Bradshaw, que habían sido sus más encarnizados adversarios, se los arrastró a Tyburn, sitio en que se ahorcaba a los criminales. Allí fueron colgados los cadáveres de las horcas, donde quedaron un día entero. Luego, después de bajarlos, se los decapitó y arrojó a un pozo al pie de las horcas. Las cabezas, clavadas a unas lanzas, y colocadas en un lugar elevado, ofrecieron a los ciudadanos un siniestro espectáculo.
De "El Tesoro de la Juventud o Enciclopedia de Conocimientos", (Tomo VIII). W. M. Jackson, Inc. Editores, s/f.
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