El 31 de mayo de 1905,
en mitad de la noche, Alfonso XIII, rey de España, y Émile Loubet, presidente
de Francia, fueron víctimas de un intento de atentado en la columnata del
Louvre, mientras que estaban paseando en coche de caballos. "La procesión
real, aclamada a lo largo de su paso desde la Avenida de la Ópera, muy bien
iluminada, llegó a la esquina de la rue de Rohan y de la rue de Rivoli. De
repente, sonó una detonación como el disparo de un cañón; una llama amarilla brilló
a la izquierda del coche del rey. Un caballo se levantó del suelo y luego cayó
muerto, destripado. El otro caballo se asustó y corrió hacia las masas de
espectadores a lo largo de las aceras de la rue de Rivoli. Un pánico terrible poseyó
a la multitud que se agitó frenéticamente. Resonaron gritos de dolor",
narró el Petit Journal de fecha 11 de junio de 1905. A pesar de que los dos
jefes de Estado lograron salir sin un rasguño, una veintena de personas
resultaron heridas y un caballo murió.
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