domingo, 13 de noviembre de 2016

Muerte de un aeronauta


Una carta de Copenhague, del 16 de setiembre cuenta de la manera siguiente la catástrofe acaecida el 15, que ha costado la vida al aeronauta Giuseppe Tardini, partiendo de esta ciudad y elevando consigo una mujer y un niño:

"Ayer a mediodía el señor Giuseppe Tardini verificó en Copenhague su 23 ascensión aerostática, que desgraciadamente ha terminado por una catástrofe. En la barquilla se hallaban el señor Tardini, su hijo de once años y una joven artista dramática. El globo se elevó lentamente y llegó a una altura bastante elevada permaneciendo algunos minutos a la vista de numerosos espectadores; luego tomó la dirección del sud-oeste, pasó por encima de la pequeña isla de Amack, que se halla reunida a nuestra capital por dos puentes, y bajó enseguida rápidamente sobre el mar, no lejos del pueblo de Kongelund, de la isla de Armack.

Los habitantes de este pueblo cuentan que Tardini, en el momento en que la barquilla iba a tocar el agua cortó las cuerdas que ataban esta embarcación al globo; que al mismo tiempo cojió con ambas manos una de las cuerdas, y que fue arrastrado en el aire por el globo, que tan luego como fue separado de la barca tomó una ascensión tan rápida que desapareció muy presto.La joven y el muchacho que se hallaban en la barquilla cayeron al mar, pero inmediatamente fueron recogidos por las lanchas de los pescadores, que los trajeron a tierra sanos y salvos.

Hasta el presente no se tiene ninguna noticia acerca de Tardini ni de su globo, pero como no es posible que haya podido mantenerse largo tiempo suspendido de la cuerda, se supone que habrá perecido. Tardini es natural de Novara, en el Piamonte, tiene treinta y cinco años, y ha sido el primero que hizo en Estocolmo la primera ascensión intentada en la Península suedo-n wergiense".

El Boersenhall, periódico de Hamburgo, dice que Tardini había sido hallado el 16 por la tarde en el Kallebodstran, cerca de Flaskekroen. Es probable que Tardini viendo que su pérdida era segura, quiso intentar la salvación de sus compañeros haciéndoles caer al mar, viendo embarcaciones cercanas; y quizás el esperaba que su globo aligerado le transportaría a algún paraje donde pudiera bajar, salvándose al mismo tiempo que salvaba su globo.

Del periódico semanal  "La Mariposa". Año I, N° 37. Montevideo, 23 de noviembre de 1851.                                                  

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